El Senado Romano: Poder, Funciones y Evolución Histórica

La decisión del Senado, conocida como senadoconsulto, era un informe o consejo ante una cuestión planteada. Estos documentos, redactados por escrito, detallaban las circunstancias formales, el fondo del asunto y un resumen de las intervenciones más relevantes. Los cuestores eran responsables de su conservación para estudio e interpretación.

Competencias del Senado

Las competencias del Senado se pueden resumir en:

  • Auctoritas patrum: Autorización, ratificación o legitimación de decisiones sobre leyes o candidaturas votadas en las asambleas populares. Aunque la ausencia de ratificación no invalidaba la ley, el parecer favorable del Senado le otorgaba legitimación formal. La lex Publilia Philonis estableció que los magistrados consultaran al Senado antes de presentar un proyecto de ley o candidatura ante los comicios.
  • Interregnum: En casos de abdicación, fallecimiento o no elección de cónsules, la interpretación de los augurios volvía a los senadores, quienes asumían el poder consular individualmente por cinco días hasta la elección de nuevos cónsules.
  • Política exterior: Aunque la declaración de guerra era competencia de los comicios, el Senado gestionaba las formalidades subsiguientes, incluyendo el inicio de campañas, la gestión de recursos económicos y la recepción y envío de embajadores.
  • Política provincial: El Senado creaba provincias, determinaba su territorio y asignaba su gobernación a ex magistrados (procónsules o propretores).
  • Hacienda Pública: El Senado intervenía en la política fiscal, arrendando el cobro de impuestos, otorgando concesiones administrativas y acordando la acuñación de moneda.
  • Religión: Controlaba el culto público y autorizaba divinidades extranjeras.
  • Asociaciones: Supervisaba el funcionamiento de las asociaciones.
  • Jurisdicción: En circunstancias excepcionales, el Senado declaraba la necesidad de nombrar un dictador o de otorgar poderes extraordinarios a los magistrados.

Composición, Funcionamiento y Evolución

Durante los primeros siglos de la República, el Senado representaba a la nobleza patricia. La entrada de plebeyos a cargos públicos permitió su acceso indirecto al Senado, ya que los ex magistrados tenían derecho a formar parte de él. Este cambio afectó primero a las altas magistraturas (censura, consulado y pretura) y luego a todos los ex magistrados (tribunos, ediles y cuestores). Así, la aristocracia se convirtió en una nobleza política, conocida como nobilitas.

Ser senador conllevaba prerrogativas sociales y limitaciones, especialmente en el ámbito económico. A finales de la República, se estableció la residencia obligatoria de los senadores en Roma, debido al aumento de senadores provinciales. En el Imperio, esta obligación se atenuó, pero con el Senado Justiniano se restableció en Constantinopla.

El Senado, compuesto por ex magistrados con experiencia política, se configuró como el órgano conductor de la vida política, con gran auctoritas. Era convocado por magistrados competentes (cónsules, dictador, pretores y tribunos de la plebe) y se reunía en la Curia Hostilia. El magistrado convocante presidía el debate. Tras la discusión, los senadores más antiguos tomaban la palabra antes de la votación, que inicialmente era oral y luego escrita.

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