Factores de la Crisis Demográfica y Económica del Siglo XVII
La crisis en España se debió a:
- Descenso demográfico:
- Epidemias como la peste
- Expulsión de los moriscos
- Constantes guerras
- Crisis de subsistencia debido a las malas cosechas
- Depresión económica:
- Ataques a las flotas
- Deuda de la Corona
- Inflación
- Caída de la exportación de lana a Flandes
- Bajo comercio con América
- Baja producción agrícola
Las consecuencias fueron negativas para la monarquía hispánica. Decayó el imperio español y los estamentos privilegiados crecieron debido a las concesiones de la Corona, ya que algunos burgueses se volvieron nobles. Los campesinos vivían en una mala situación de miseria y explotación, lo que generó revueltas internas y la emigración a las grandes ciudades (Madrid). Ahí surgieron los sectores marginales: mendigos, pícaros y maleantes.
Crisis y Decadencia de la Monarquía Hispánica: El Reinado de Carlos II y el Problema Sucesorio
Tras la muerte de Felipe IV, le sucedió Carlos II, un soberano con escasas capacidades físicas e intelectuales. Durante su reinado, el gobierno fue ejercido por validos como el jesuita Nithard o Juan José de Austria. Esta situación desencadenó una lucha por el poder entre diferentes grupos de cortesanos, que supondría una mayor inestabilidad política.
En el plano exterior, tuvo que hacer frente al expansionismo francés durante el reinado de Luis XIV, viéndose forzado a entregarle el Franco Condado en el Tratado de Nimega. Finalmente, lograría frenarle tras sumarse a la Liga de Augsburgo junto a potencias como el Imperio Germánico, Inglaterra y Holanda.
La situación económica y demográfica mejoró en las últimas décadas del siglo. Aún así, tuvieron lugar algunos estallidos sociales por las condiciones de vida de la población y por las ideologías políticas: la revuelta de los Barretines en Cataluña, las Segundas Germanías en Valencia o el Motín de los Gatos en Madrid.
A finales de siglo, al no tener descendencia y ante la posibilidad de una muerte prematura, se barajaron dos posibles candidatos al trono para sucederle: el nieto de Luis XIV, Felipe de Anjou; y Carlos de Habsburgo (austriaco). Carlos II nombraría heredero al primero. Dicha decisión y el temor de algunas potencias a un bloque hispano-francés provocó, a la muerte de Carlos II en 1701, la Guerra de Sucesión Española.
La Guerra de Sucesión – Sistema de Utrecht
Carlos II muere sin descendencia y se le ofrece el trono a Felipe de Anjou (nieto del rey francés Luis XIV). Esta decisión provocó la Guerra de Sucesión Española, en la que se enfrentó la alianza antiborbónica, liderada por el archiduque Carlos de Habsburgo y conformada por Inglaterra, Holanda y Austria, contra los partidarios de Felipe de Anjou (Francia). La nueva dinastía optó por la unión con Francia (Pactos de Familia) para recuperar territorios y detener la amenaza que suponía Gran Bretaña. En el siglo XVIII, se da la Guerra de Independencia de EE. UU., los Borbones recuperan sus territorios perdidos (Italia) y España continúa conservando su imperio colonial, pero estaba sometida a los intereses de Francia, por lo que generaba pocos beneficios y deudas de guerra.
La Guerra de Sucesión Española se libró entre dos bandos: Castilla (borbónica) y Aragón (austriaca). Felipe V gana en Villaviciosa y Almansa y alcanza la paz con los Tratados de Utrecht y Rastatt. Finalmente, España reconoce a Felipe V como rey tras la renuncia a la corona de Francia. Acaba el monopolio comercial con las colonias y España le otorga a Gran Bretaña el asiento de negros y navíos de permiso. A Austria le otorga Nápoles y Sicilia y a Gran Bretaña, Menorca y Gibraltar.
Monarquía Borbónica – Reformas de Nueva Planta
Los primeros tres Borbones (Felipe V, Fernando VI y Carlos III) iniciaron una serie de reformas para obtener una monarquía absolutista, centralista y unificada, parecida a la de Francia.
- Promulgaron los decretos de Nueva Planta (1707-1716), que eran un castigo para Aragón por apoyar al archiduque Carlos. Se suprimieron sus fueros e instituciones y pasaron a ser regidos por Castilla. Esto no afectó ni al País Vasco ni a Navarra porque apoyaban a Felipe V desde un principio.
- La política de control sobre la Iglesia utiliza el regalismo borbónico y crea un concordato con la Santa Sede, donde los reyes nombran a los candidatos para los puestos eclesiásticos importantes. También se expulsa a los jesuitas.
- Mejoran el ejército y la marina. El ejército se volvió profesional, basado en regimientos, se impone el reclutamiento por quintas y se construyen arsenales y astilleros. La marina pasa a ser del servicio del Estado.
- En cuanto a la administración central, se suprimen los consejos y se crean los secretarios de despacho (nombrados por el rey).
- En la administración territorial, se crean capitanías generales con función militar y judicial; además, se crean los intendentes con función fiscal y económica.
Todas estas medidas forjan el Reino de España, que son las bases del futuro Estado-nación español.
España en el Siglo XVIII: Expansión y Transformaciones Económicas
En el siglo XVIII, España se convierte en una gran potencia, se expande económica y demográficamente debido a las reformas que los Borbones llevaron a cabo.
- La agricultura se desarrolló debido a los nuevos cultivos (maíz, patata) y a la especialización en cultivos comerciales (viñedos en Cataluña y Valencia); además, se colonizan tierras y se explotan (Sierra Morena).
- En cuanto a la producción manufacturera, se crean las reales fábricas, que eran un lujo para la aristocracia, y se crean también escuelas de artes y oficios, que suponían la dignificación de los artesanos.
- El comercio americano se impulsó por la liberación de los 13 puertos españoles. Se crearon compañías mercantiles que monopolizaron el comercio con las colonias y generaron beneficios.
Otras medidas fueron:
- Creación del Banco de San Carlos con financiación del Estado.
- Desarrollo de obras públicas (Canal Imperial de Aragón).
- Red radial de caminos a partir de Madrid.
Todo esto genera un crecimiento desigual según las regiones, escaso mercado interior, poco rendimiento agrícola y deuda estatal.
Ideas de la Ilustración y Despotismo Ilustrado – Carlos III
El despotismo ilustrado concilió el absolutismo monárquico, se basa en la razón y aspiraba a mejorar la sociedad tanto económica como socialmente. En España, Carlos III fue su mayor representante. Este rey asumió como funciones propias:
- La reforma de la economía en sus reinos
- El bienestar de sus súbditos
- La racionalización del gobierno y de la administración
- Impulso de las artes y las ciencias
Por todo esto fue un auténtico rey ilustrado.
Antes de ocupar el trono español, Carlos III tenía una brillante experiencia como rey de Nápoles. Desde el principio inició una política reformista para recuperar el país de la decadencia que sufría en 1700, pero este reformismo, dirigido por los ministros italianos, provocó la agitación popular debido a las malas cosechas y al aumento de los precios de los productos básicos, y desembocó en el Motín de Esquilache (1766). Tras la destitución de algunos ministros y el nombramiento de otros nuevos ministros españoles (Campomanes), se impulsaron nuevas reformas que abarcan todas las áreas:
- Económicas: Se trató de impulsar el liberalismo económico, como la libre circulación de cereales y vinos o la liberación del comercio con América con la apertura de 13 puertos.
- Sociales: Se promovió la dignificación del trabajo industrial o comercial, se consideraron títulos nobiliarios a burgueses que destacaron en la administración y se apoyó el desarrollo educativo y científico.
- Religiosas: Se hicieron reformas encaminadas a reducir el peso político y económico de la Iglesia y se decidió la expulsión de los jesuitas.
No obstante, estas reformas encontraron limitaciones, ya que cuando trataban de modificar estructuras del Antiguo Régimen chocaban con las clases privilegiadas.